Es fácil contar lo que ocurrió el sábado 29 de mayo en el Complex Nord de L´Hospitalet: Los Pioners de L´Hospitalet ganaron 24-21 a los Barbera Rookies, obteniendo el título de Campeón de la Liga Nacional de Futbol Americano serie B.
Tampoco resulta complicado explicar cómo ocurrió la victoria: durante todo el partido el equipo ofensivo de los Pioners estuvo martilleando de manera incansable la defensa de los Rookies, con carreras por el centro, carreras buscando rutas en diagonal, con pases precisos y aunque no consiguió anotar en todas las ocasiones, supo manejar el timing del partido, para dar un zarpazo en el momento clave del partido.
Esto es un intangible que sólo los grandes entrenadores saben manejar y es uno de los elementos fundamentales del juego. Algunos entrenadores buscan una acción rápida y efectiva que marque el partido y deje al contrario KO. Por supuesto, si percibes un “mismatch”, un desequilibrio en una posición que te supone una ventaja en el campo, como entrenador tienes la obligación de explotarlo. Pero es difícil forzar ese desequilibrio si no es natural, lo normal es que intentes jugadas una y otra vez de manera improductiva; incluso puede que en alguna ocasión obtengas éxito, como con cualquier posibilidad.
Es verdad que en los primeros compases del partido las defensas se impusieron claramente a los ataques; El QB de los Pioners Zach Edwards sufrió una enorme presión mientras que en los Pioners destaco Wazo (a.k.a Marc Sales), con su garra e intensidad, en impedir el avance de la ofensiva Rookie.
Una carrera corta al borde del área de anotación de su QB Sean Brooks, le permitió a los Rookies adelantarse 0-7, pero la conexión entre el quarterback Zach Edwards y el receptor Jaume Llinàs permitió a los Piones de L´Hospitalet equilibrar el marcador.
En el siguiente drive, después de una gran carrera de Arias, los Rookies volvieron a anotar, esta vez en el lado izquierdo del campo, por mediación de Alex Pacheco, lo que les permitió adelantarse en el marcador por 7-14.
Parecía que los Rookies se irían al descanso con ventaja, pero la ofensiva de los Pioners, primero con un pase cortos precisos y luego con un gran pase a Adrià Botella, que se lanzó al suelo para asegurar el balón, ante la presión defensiva, se acercaron a la zona de anotación y allí otro pase dirigido de manera precisa a su receptor permitió empatar a los Pioners, cuando apenas quedaban segundos para acabar el cuarto. 14-14 era el resultado definitivo a la mitad del partido.
El tercer cuarto no alteró la dinámica de equilibrio y predominio de la defensa sobre el ataque; el primer ataque de los Rookies fue frenado por la linea defensiva local, donde los Pioners habían perdido a su jugador Xavier Valls, por una lesión en el hombro, pero igual que hay que saber manejar el timing de los partidos hay que saber escoger el momento en el que hay que arriesgarse. Ese fue el zarpazo. Y el coach Bart Iaccarino acertó plenamente al jugarse con 14-14 un cuarto down, ir a por el Touchdown y no conformarse con un Field Goal. Un lanzamiento perfectamente lanzado por el QB de los Pioners y atrapado con igual merito por Jordi Torrededia subió la anotación al marcador. Se convirtió el extra point. 21-14.
El Touchdown supuso la primera ventaja para los Pioners, pero además una victoria psicológica para los Pioners que marcaría el resultado final, pues la dinámica la marcaba ahora los Pioners.
Los Rookies, se resintieron del mazazo que había supuesto el Touchdown y no anotaron en el resto del tercer cuarto, a pesar de una gran jugada de engaño, en la que el QB lanzó lateralmente a su receptor que, convertido ahora en lanzador mando un gran pase que dejó al ataque visitante cerca de la endzone pero, otro golpe moral, fallaron el intento de field goall.
Los Rookies lograron anotar en el último cuarto, con un pase lateral, en el que con habilidad el receptor Alex Pacheco logró escaparse de su defensa y entrar en la zona de touchdown, dejando en el marcador un emocionante 21-21 que hacía pensar en una prórroga.
Era el momento de sujetar los nervios y saber manejar el reloj y los Pioners de L´Hospitalet, invictos a lo largo de la temporada, lo hicieron mejor que los Rookies. Las dos defensas frenaron a los ataques, pero la defensa de los Pioners le otorgó a su ofensiva, una mejor situación de campo, encerrando al ataque de los Rookies en sus primeras diez yardas, a costa de un Wazo que tuvo que salir del campo ayudado por sus compañeros y un Iker González, tocado, después de casi interceptar. Se llegó a un 4 down al borde del área propia y el entrenador de los Rookies decidió alejar el balón con un punt y confiar en la defensa, dejando el destino del partido al siguiente drive.
Fue un drive eterno. Dos carreras paradas por la defensa, un pase a Adrià Botella y cuando parecía que la defensa de los Rookies iba a imponerse otra vez, una carrera por el centro del QB Zach Edwards consiguió una ganancia de veinte yardas para acercarse peligrosamente al área de los Rookies.
Con nervios de acero, el ataque de los Pioners ejecutó dos carreras que le acercaron a la endzone. Hubo tiempo muerto de los Rookies para organizar una muralla que impidiera a los Pioners conseguir la anotación. Una carrera por el centro del QB fue parado y el siguiente pase, aunque completo no permitió conseguir los puntos. Hay un momento para el valor y el coraje, pero también para la inteligencia; los Pioners se prepararon para el field goal y su chutador, Jaume Llinas no falló consiguiendo el 24-21 que volvía a poner a los Pioners de L´Hospitalet por delante y les convertía en campeones de la Liga Nacional. Jaume Llinás, que previamente había conseguido dos “touchdowns”, consiguió el galardón de MVP de la final, en un partido donde volvió a brillar su conexión con QB de Pioners, Zach Edwards, que acabó el partido con tres pases de “touchdown”.
Esto es lo que dio de si el partido, la parte fácil de contar. Pero hay más. Es la parte que no se ve. No se gana un campeonato sin sacrificio, sin dolor. Los jugadores olvidan en el momento de la alegría, mientras están celebrando el éxito, los golpes, las heridas, los moretones, pero están ahí, en su cuerpo. También están ahí las horas de entrenamiento, robadas al trabajo, a la familia, al descanso.
En el año más difícil para muchos, por culpa de la pandemia y de los problemas personales y económicos que ha provocado, los jugadores de los Pioners no han desfallecido, han seguido entrenando y luchando, dando lo mejor de sí, incluso cuando no estaban bien físicamente o personalmente. Los jugadores y el staff técnico no son ajenos a los problemas que la vida nos trae. Enfermedades, fallecimientos, tristezas, pero también alegrías; todo tiene lugar en un colectivo tan grande como son los Pioners de L ´Hospitalet.
Pero cuando un club tiene carácter y alma de campeón, ese carácter se impregna en sus jugadores y en su staff, que juegan hasta su último aliento, conocedores del privilegio y el honor que supone llevar la camiseta y a la historia del club, del que ellos formarán parte.
El sábado día 29 de mayo los Pioners de L´Hospitalet se proclamaron campeones de España de la Liga Nacional de Futbol Americano, serie B. Gracias, jugadores y staff.