La controversia sobre las conmociones en el fútbol americano no llegará a ningún lado mientras chicos de más de 100 kilos continúen chocando unos contra otros. Asà que mejor que limitar el juego, el diseñador industrial Michael Princip quiere rediseñar el casco. Hacerlo más duro, no más horrible.
La criatura de Princep, el Bulwark, es un poco matona. Un grupo de tres capas sobre la exterior propia del casco, dividido en distintos paneles (que pueden ser de colores intercambiables), una capa intermedia acolchada, y otra capa dura debajo para hacer un sándwich. La idea es aislar el impacto de un brutal linebacker en uno de los paneles, en lugar de dejar que se disipe por todo el casco (y tu blando cerebro). El diseño panelado, más la capa de relleno, minimiza el impacto de un golpe e impide que te deje inconsciente.
Además, el casco se ve bastante bien, teniendo en cuenta que añadir cualquier objeto de “seguridad”, por lo general, significa que parezca como si hubiera sido diseñado para idiotas. Pero a pesar de su ajustada forma, el Bulwark sigue siendo intimidante. Y encima es una libra más ligero que los de la competencia.
Y aquà reside el problema: la competencia. Las grandes empresas como Riddell y Schutt están profundamente arraigadas en el negocio del casco, y el trabajo de un solo hombre, como Princip, probablemente no tenga ninguna posibilidad. Aunque planea licenciar la tecnologÃa una vez que tenga un prototipo funcional (otro ligero obstáculo).
Mejores cascos significa cascos más seguros, lo cual a su vez significa menos atletas sin cerebro. La unión perfecta de un diseño inteligente y … una bola de demolición humana.